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LA BÚSQUEDA DE UNA MARCA PERSONAL

LA BÚSQUEDA DE UNA MARCA PERSONAL

Mi entrada de blog del mes de marzo he querido dedicarla a un tema que es clave en muchos sectores de actividad, no sólo en el ARTE.

Es la búsqueda de un factor diferencial, de algo que te haga ser diferente y sobresalir en un área o, sencillamente, hacer algo que nadie más hace. Esto, en el mundo de los negocios es importantísimo, pues, es lo que va a hacer que tu empresa sobreviva en la jungla del todopoderoso mercado, diferenciándote de la competencia y cubriendo un nicho que no esté muy masificado y explotado.

Llevado al ARTE, es lo que te va a hacer tener un recorrido o quedarte estancado en un estilo muy similar a otros y reconocible que no dirá nada al público y te llevará irremediablemente al fracaso.

Para llegar a esto hay que ser creativo y valiente, vivir en una eterna búsqueda y no ser conformista.

Para mí el primer ejemplo de pintor rompedor con todo lo que había hasta entonces fue El Bosco, pintor flamenco, del siglo XV-XVI, al que Felipe II apreció mucho, interpretándolo en clave devota, afirmando que si todos pintaban a los hombres como querían ser, él los pintaba como eran. Pintó diferente a todos, pobló sus cuadros de criaturas fantásticas, histriónicas y usó colores muy atrevidos.

El jardín de las delicias. El Bosco

Otro ejemplo de esto para mí sería El Greco, un pintor que, para su época rompe y pinta diferente, con un estilo dramático y antinaturalista, intensificando los elementos artificiales e irreales: cuerpos muy largos en cabezas pequeñas iluminados con luces fuertes y estridentes. El arte del Greco fue una síntesis entre Venecia y Roma, entre el color y el dibujo, entre el naturalismo y la abstracción.

Aquí una definición que nos dejó El Greco de su idea sobre la pintura:

“La pintura […] es moderadora de todo lo que se ve, y si yo pudiera expresar con palabras lo que es el ver del pintor, la vista parecería como una cosa extraña por lo mucho que concierne a muchas facultades. Pero la pintura, por ser tan universal, se hace especulativa”.

El entierro del conde de Orgaz (1586-1588, Santo Tomé, Toledo)

Avanzando en el tiempo, yendo a algo más reciente tenemos a Van Gogh, ¿quién no identificaría automáticamente una obra de él al verla?, usó colores imposibles que no están en la naturaleza, fruto también de una mirada desvirtuada por las sustancia que tomó para combatir sus crisis maníaco depresivas, al igual que Monet en su última época también usó colores muy rompedores fruto de una enfermedad en la vista que le llevaron hacia la abstracción adelantándose a su tiempo. En el caso de Van Gogh también es sintomática su pincelada tan diferente a todo lo que se había visto antes.

En su lecho de muerte se encontró una carta en la que venía escrito: «Yo arriesgué mi vida por mi obra, y mi razón destruida a medias». Lo cual demuestra esta búsqueda de algo, en su caso, de forma enfermiza.

Los Girasoles. Van Gogh

Y, para acabar esta representación, que podría alargarse sin fin, resaltaría como pintor contemporáneo a Francis Bacon, un artista singular, que bebe de los maestros del siglo de oro, pero desde una mirada muy personal yendo hacia el expresionismo figurativo y con un estilo muy reconocible rompe y se diferencia de cualquier otro.

Quizás la mejor definición para la obra de Bacon la hizo Margaret Tatcher, que la calificó de «asquerosa carne en descomposición».

‘Pope’ (1979), dibujo de Francis Bacon. Versión del retrato de Inocencio X de Velázquez.Colección Cristiano Lovatelli Ravarin

Por tanto, la aventura de cualquier artista es encontrar ese estilo que le haga diferente a todos, evolucionando constantemente en esa búsqueda, arriesgando, aprendiendo de otros, educando su mirada, y, en eso andamos.

Os animo a visitar el espacio de mi web donde expongo más líneas de trabajo, así como para contactar conmigo aquí para cualquier encargo de obra en acuarela gouache o tabla.